El Peumo es una especie endémica de Chile. Su distribución es desde el Limarí a Valdivia, y desde la Cordillera a la costa, pertenece al bosque esclerófilo.
Árbol siempreverde que llega a tener un porte majestuoso, de hasta 30 m de alto y 1 m de diámetro; hojas fragantes, aovado-orbiculares, verde brillantes por encima y blanquecinas opacas por debajo; frutos elipsoidales, rojos, del tamaño de una aceituna chica.
El fruto se come pero debe dejarse en la boca unos minutos para que suelte lo dulce y ablande. De aquí viene el dicho «este no cuece peumo»: para referirse a una persona muy habladora que no es capaz de cerrar la boca y de guardar un secreto.
La madera es dura, se usó para hacer zapatos (zuecos) y para hacer piezas de carretas.
Los usos medicinales en el pasado eran variados. La corteza, que contiene tanino y las hojas, se usan en infusión para las enfermedades del hígado y hemorragias vaginales; al exterior la decocción de corteza y/u hojas se usa para el reumatismo. La infusión de hojas en vino o tintura alcohólica sirve para frotar las extremidades y partes enfermas. La corteza también se usaba en la curtiembre. Con las semillas molidas preparan una pomada para tratamiento de catarro vaginal y para afecciones abdominales que provengan de enfriamientos. La inyección vaginal se usa contra hemorragias y leucorrea.
Es una especie arbórea que ha sido sobreexplotada y se le ha destruido en un alto porcentaje su hábitat, ya que es en donde se concentra la mayor grande población humana del país, la zona con clima mediterráneo, es un integrante importante del bosque esclerófilo.
Afortunadamente tiene un excelente desarrollo cuando se cultiva. En Santiago se está plantando cada vez con más decisión, esperemos que esto se mantenga en el tiempo.